Asia y yo: conversaciones con artistas: Miquel Barceló
A menudo frecuenta la zona reservada del museo Guimet, primer contacto de Miquel Barceló (Mallorca, 1957) con el arte oriental. Entre otros muchos lugares ha visitado el Himalaya, a donde viaja con devoción. De esta cordillera le asombran las cuevas con remotas pinturas budistas: después de caminar durante horas por una montaña sin camino, en una pequeña entrada pudo ver pinturas con fragmentos de lapislázuli y oro que nadie había robado. En la soledad de la cueva había un asceta, por lo que decidió bajar la voz, pero su guía empezó a bailar y le explica: "para él nosotros somos como una hormiga: no nos ve". Empezó a meditar hace no mucho, para descubrir que ya sabía controlar la respiración porque llevaba toda la vida buceando, y que la meditación estaba muy asociada a la soledad e inmovilidad del artista.