Translation - José Manuel Ballester

Elegí a Rothko porque quizás sea el artista más trascendente, el más místico, el más profundo, quizás el más poético también. Me llama también mucho la atención ahora la relación con la pintura rusa. Me viene a la cabeza Malévich, en ciertos momentos. Cómo, de alguna forma, sus raíces están presentes en esa actitud de artista vinculado a lo espiritual, a una espiritualidad que recuerda a la religión ortodoxa. Yo creo que ese tipo de relaciones son tan profundas que, a veces, ni el artista si quiera puede ser consciente de ello.

Para mí, lo importante de esta obra es que el artista ha jugado en dos planos: en el plano de la abstracción geométrica, la abstracción más pura, y en el plano de la figuración de la relación con un posible paisaje.

Yo, como espectador, he elegido la idea del paisaje: cómo está enmarcado, con ese azul que, de alguna forma, rotula y hace de moldura de la obra en sí, y cómo las líneas, esa línea roja, esos dos tonos verdes y el rojo del horizonte forman un paisaje. Es muy importante la línea que divide esos dos matices del verde, que hace que la obra pueda tener un fondo, una perspectiva, una relación de dos planos dentro del mismo verde, en principio. Y ese rojo crepuscular, que marca la línea del horizonte de un paisaje muy minimalista, muy sobrio, muy espiritual. Creo que es un artista de una gran espiritualidad.

La exposición es fantástica, en ese sentido, porque parte de una fotografía, parte de un suceso, de una reacción de un grupo de artistas que se sienten marginados o no se sienten reconocidos en su trabajo. En 2020, pues estos artistas han pasado a ser artistas clásicos. Para entender que Rothko fue un revolucionario, hay que echar mano a los datos históricos porque, desde el punto de vista actual, el espectador no ve un artista revolucionario o provocativo, ve un artista clásico. Un artista que ha pasado de la innovación y la revolución y de la provocación, a la asimilación, a la devoción, que es lo que de alguna forma pasa con el arte clásico.

¿Qué es el arte clásico? Pues es lo que el tiempo acaba dibujando como algo asentado, asumido, valorado, reconocido. Pero, en el momento en el que se reconoce, se valora y se admira, pues deja, pierde de alguna forma ese halo de provocación, de lucha.

¿Por qué sucede eso? Porque el que ha cambiado es el espectador. Los espectadores hemos cambiado, hemos aprendido esas lecciones que los artistas pues van dando a lo largo de la historia del arte. ¿Qué es lo que enseñan? Una forma diferente de mirar: de mirar la realidad, de percibir la realidad, de relacionarse con la realidad.