Nuevos movimientos sociales: agendas políticas e informativas : el caso de la objeción de conciencia

Portada de "Nuevos movimientos sociales: agendas políticas e informativas : el caso de la objeción de conciencia"
Autor
Sampedro BlancoVíctor Francisco
Fecha de publicación
1996
Editorial
Instituto Juan March
Serie
Trabajos de Investigación
Colección
CEACS: Tesis doctorales
Tipo
Monografías
Idioma
Español
Notas
Esta obra se presentó como tesis doctoral en el Departamento de Sociología de la Comunicación de Masas (Sociología VI) de la Universidad Complutense el 12 de septiembre de 1995. El Tribunal compuesto por los profesores doctores José María Maravall (Presidente)\, Joan Subirats\, Fermín Bouza\, José Luis Dader y Modesto Escobar le otorgó por unanimidad la calificación de Apto "cum laude". Después\, la tesis recibió ex aequo el Premio Nicolás Pérez Serrano correspondiente a 1995 del Centro de Estudios Constitucionales. Director de Tesis: José Ramón Montero. La tesis examina el papel y las limitaciones de los movimientos sociales para expandir el debate público sobre nuevos problemas sociopolíticos normalmente vetados o marginados. El interés no reside tanto en la objeción al servicio militar español\, como en las relaciones que tienen lugar entre la protesta colectiva\, la política y el periodismo. En concreto\, se examina cuándo y por qué ciertas demandas sociales atraen la atención de los políticos y de los periodistas\, siendo ampliamente debatidas en las agendas de estos actores para\, supuestamente\, ser después atendidas. El control de las agendas políticas es un ejercicio de poder que podría ser cuestionado a través de la cobertura mediática de la protesta colectiva. Al contrario\, las restricciones que pesan sobre los problemas sociales\, los actores y las soluciones de las que se ocupan los medios podrían confirmar el control político de la agenda. Por tanto\, aquellas demandas sociales que se consideran política e informativamente relevantes podrían resultar de la imposición de una elite (elitismo)\, del debate abierto entre los sectores afectados (pluralismo) o de los procesos de elaboración de políticas e información públicas (institucionalismo). De esta forma se interrelacionan y ponen a prueba los tres paradigmas clásicos del poder social. Se combinan la sociología\, la ciencia política y la comunicación de masas para enriquecer la teoría de la construcción de agenda social. Los tres paradigmas del poder que hemos señalado se contrastan en las campañas por la objeción de conciencia entre 1970 y 1993\, que han desembocado en la crisis actual del modelo del Ejército de leva. Aunque este es un caso de estudio significativo en sí mismo (ningún otro país ha profesionalizado sus Fuerzas Armadas con tales cifras de objetores e insumisos)\, sirve\, sobre todo\, para sostener una discusión teórica sobre los límites para debatir problemas sociales muy conflictivos. Los 25 años que abarca el estudio permiten analizar las relaciones entre protesta colectiva\, política e información social en una dictadura\, una transición y en una etapa de consolidación democrática. El principal argumento es que el poder político e informativo (del que suelen carecer los activistas de los movimientos sociales) tienden a coincidir\, aunque no totalmente. El análisis de la última década franquista (1966–1975) responde al modelo de elitismo puro: la censura autoritaria y la represión de los objetores coincidieron con su marginación mediática. Durante la transición (período que en la tesis incluye los Gobiernos de UCD) este control elitista se hace implícito\, ya que se apoya en un consenso forzado\, en gran medida\, por la elite militar. No prosperó ninguna medida efectiva para legislar la objeción y se recurrió a "políticas placebo". Mediante amnistías y prórrogas especiales para los objetores\, se encubrieron los síntomas del problema (el encarcelamiento de los activistas) al tiempo que se simulaba su solución. Dichas prórrogas se concedieron entre 1977 y 1984 en condiciones alegales y con una presencia informativa casi nula de los objetores. Por último\, las tres primeras legislaturas socialistas (entre 1982 y 1993) muestran la herencia de un estilo político impositivo\, reactivo y altamente simbólico. El control de la agenda responde al elitismo institucional. Y ello por dos razones: primaron los criterios del Ministerio de Defensa (actor con una posición institucional clave) y\, de forma complementaria\, el conflicto con los objetores fue desplazado a instancias burocráticas\, jurídicas y judiciales. Se imprimió\, así\, una dinámica dilatoria del enfrentamiento con los activistas\, en contextos relativamente aislados de la opinión pública. Sin embargo\, el control de la agenda es menor que en períodos previos\, ya que otros actores (partidos de la oposición\, instancias judiciales u organizaciones sociales) cuestionaron seriamente la agenda gubernamental. La prensa\, en cambio\, permaneció atenta a la política oficial\, saturándose pronto de la cobertura rutinaria de los procesos judiciales por insumisión. En suma\, este trabajo sostiene que la efectividad de los nuevos movimientos sociales depende de su capacidad para generar controversia entre las elites. Cuestionar\, redefinir y bloquear las agendas oficiales es lo máximo que puede alcanzar la protesta colectiva\, y esto por poco tiempo. Después de debates elitistas y pluralistas\, las reglas institucionales de la prensa —y la ideología profesional del periodismo discriminan a aquéllos que sólo cuentan con la protesta política para hacerse oír. Políticos y periodistas guardan silencios casi simultáneos\, ya que estos últimos buscan constantes novedades informativas y permanecen "confortablemente" atentos a la política convencional.\,8479190965 Víctor Sampedro Blanco.José Ramón Montero Gibert\, director de tesis. 23 cm. Tesis doctorales / Instituto Juan March de Estudios e Investigaciones\, Centro de Estudios Avanzados en Ciencias Sociales ; 11 (1996) Includes bibliographical references (p. [597]-619)
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