La Memoria histórica de la Guerra Civil Española, 1936-1939: un proceso de aprendizaje político

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Autor
Aguilar FernándezPaloma
Fecha de publicación
1995
Editorial
Instituto Juan March
Serie
Trabajos de Investigación
Colección
CEACS: Tesis doctorales
Tipo
Monografías
Idioma
Español
Notas
Esta obra se presentó como tesis doctoral en el Departamento de Ciencia Política y de la Administración de la Universidad Nacional de Educación a Distancia el día 21 de marzo de 1995. El Tribunal\, compuesto por los profesores doctores Santos Juliá (Presidente)\, José María Maravall\, José Álvarez Junco\, Andrés de Blas y Javier Roiz\, le otorgó por unanimidad la calificación de Apto "cum laude". Director de Tesis: Victor Pérez Díaz. Esta investigación se propone estudiar la influencia que tuvo la memoria histórica de la Guerra Civil española de 1936–1939 en la forma de llevar a cabo la transición hacia la democracia iniciada con la muerte de Franco. Para ello\, fue necesario analizar previamente la evolución del discurso oficial acerca de la Guerra Civil a lo largo del franquismo. Al principio del franquismo\, sus defensores afirmaban que éste era legítimo por su origen\, ya que había resultado victorioso en una guerra. También mantenían que el alzamiento se había producido contra un régimen ilegítimo\, tanto por su origen como por su ejercicio. A lo largo de la dictadura franquista se fueron aprobando leyes y creando instituciones que la permitieron obtener una cierta estabilidad política. A partir de este momento\, comenzó a relajararse\, en cierta medida\, el control y la represión que el régimen ejercía sobre la sociedad. Es entonces cuando el franquismo comenzó a obtener una legitimidad más profunda que aquella basada únicamente en el origen\, el cual\, además\, había perdido solvencia con el inevitable relevo generacional. Con la llegada de los tecnócratas al poder\, se impulsó una nueva retórica política vacía de referentes ideológicos explícitos. Dichos políticos pretendían consolidar la legitimidad del régimen basándose en la gestión del mismo\, en cuestiones relacionadas con la eficacia\, el desarrollo y el crecimiento económico. La legitimidad de ejercicio no se basaba sólo en el desarrollo económico\, sino también\, y muy especialmente\, en la paz\, el orden y la estabilidad que había conseguido un país racialmente predispuesto\, según se decía\, a la anarquía y a las luchas civiles. La búsqueda de fuentes donde investigar los intentos de legitimación política se centró en el No–Do\, los libros de texto\, la producción historiográfica\, las memorias\, los documentos oficiales\, la legislación y los monumentos. A mediados de los años setenta parecía que el conjunto de la sociedad española no compartía la visión de la guerra civil que\, insistentemente\, había ofrecido la ortodoxia franquista. La mayoría de los españoles parecía haber llegado a la conclusión de que los dos bandos enfrentados en la guerra habían sido igualmente culpables de la tragedia\, y no compartía la interpretación rencorosa y poco conciliadora del régimen. Pero sí puede rastrearse la pervivencia de ciertos legados franquistas en la cultura política de los españoles. El éxito parcial de la socialización franquista radicó en su capacidad de alimentar el miedo a los enfrentamientos civiles\, de inculcar en los españoles la desconfianza en su propia capacidad para resolver sus problemas de forma civilizada\, y de convencerlos de la imposibilidad de conjugar la paz y la libertad con el desarrollo y la democracia\, al menos en España. Es cierto que no todas estas máximas fueron absorbidas por la mayor parte de la sociedad española\, pero la pervivencia del trauma de la guerra y el deseo ferviente de evitar su repetición\, claramente reflejados en los estudios de opinión\, les seguían haciendo especialmente sensibles a una serie de valores relacionados relacionados con la paz y la estabilidad políticas. Según las encuestas del Instituto de Opinión Pública (IOP) de 1966\, 1975 y 1976\, el valor prioritario de los españoles era la paz\, incluso por encima de la justicia\, la libertad y la democracia. Los informes FOESSA de 1966\, 1970\, 1975 y 1975–1981\, vienen a corroborar y a matizar muchos de los resultados anteriores. Aunque hacia 1978 ya predominaba claramente la evaluación crítica del Franquismo\, por cuestiones relacionadas con la falta de libertad\, la represión y la desigualdad\, dicha opinión era perfectamente compatible con una interpretación benévola basada\, fundamentalmente\, en los residuos de cierta legitimidad que había obtenido el régimen a través del incremento generalizado del nivel de vida\, la paz y el desarrollo. Ambas actitudes convivieron perfectamente en la transición. La mayoría de los españoles no parecía estar dispuesta a sacrificar el bienestar conseguido en los últimos años a cambio de márgenes de libertad de consecuencias inciertas. Si la democracia era capaz de garantizar las conquistas económicas y sociales sin alterar la paz social sería bienvenida. Pero\, hasta que no pudiera demostarlo\, muchos españoles no apostarían ciegamente por ella. Sólo entonces\, esto es\, aproximadamente a partir de 1977 y 1978\, la cultura política comenzó a arrojar valores claramente democráticos que ayudarían a consolidar el régimen. También se investigaron\, para el período de la transición\, las alusiones al recuerdo de la II República como paradigma de lo que se debía evitar para que no se reprodujeran los enfrentamientos civiles de antaño. Dicha memoria disuasiva presidió todo el proceso de transición hacia la democracia\, como queda reflejado en la prensa\, en los documentos de los partidos y en los propios debates constitucionales\, donde se tratará de esquivar el diseño institucional republicano con el fin de evitar su funesto final. Este fue el argumento principal que se esgrimió en los debates constitucionales a la hora de defender la Monarquía\, el sistema electoral proporcional\, el bicameralismo y el Estado de las autonomías. En España no se llegó a consensuar un relato unívoco de lo que había ocurrido en la guerra civil\, pero sí la principal lección que debía derivarse de la misma\, y que consistía en afirmar que nunca más los españoles debíamos enzarzarnos en otra contienda civil. Esta memoria\, y el subsiguiente aprendizaje\, se activaron con gran fuerza en la transición\, al producirse una asociación mental entre ambos procesos de cambio político\, el republicano y el actual. Por otra parte\, el hecho de que los valores de paz\, orden y estabilidad fueran prioritarios en la sociedad española coadyuvó a que el cambio fuera gradual y consensuado. Las referencias a la guerra civil española pocas veces fueron explícitas en este período\, pero presidieron tanto las decisiones más trascendentes de la transición\, como la actitud de los principales actores en juego\, si bien de forma casi siempre latente.\,8479190817 Paloma Aguilar Fernández.Víctor Pérez Díaz\, director de tesis. Memoria y olvido de la Guerra Civil española Memory and amnesia : the role of the Spanish Civil War in the transitio to democracy ill. ; 23 cm. Tesis doctorales / Instituto Juan March de Estudios e Investigaciones\, Centro de Estudios Avanzados en Ciencias Sociales ; 10 Published also in 1996 by Alianza Editorial\, Madrid\, under the title: Memoria y olvido de la Guerra Civil española. Published also in English in 2002 by Berghahn Books\, New York\, under the title: Memory and amnesia : the role of the Spanish Civil War in the transitio to democracy. Includes bibliographical references (p. [467]-495)
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