Bienvenido a nuestro boletín de Cortázar. La carta trimestral con información para especialistas e interesados en la biblioteca personal del escritor argentino.
En este número hablamos de la amistad de Julio Cortázar con Julio Silva, quien diseñó la mayoría de las portadas de sus libros y cuatro libros almanaque que merece la pena ojear.
También hablamos con el dramaturgo José Sanchis Sinisterra, que revisita al autor desde la frontera del teatro, y rescatamos dos videoensayos que reúnen una pluralidad de voces autorizadas y rescatan los vídeos domésticos que rodó en su intimidad. |
Llamar a Julio Silva "artista" sería insuficiente, quizá por eso Cortázar le llamaba "Patrón". Escultor, pintor, dibujante, diagramador editorial y encuadernador artesanal, de día trabajaba en una fábrica, mientras de noche se fue formando en el taller del también argentino Juan Batlle Planas.
En 1955 Cortázar trabaja en la UNESCO en París. Silva va a verlo con un pretexto cualquiera y la charla continúa en casa. Acaban compartiendo libros, dibujos y trabajos editoriales mientras "cada tanto comen un asadito y fuman Gitanes", según cuenta el escritor en Un Julio habla del otro.
A la quincena de ediciones de Julio Cortázar que Julio Silva diseñó se suman los libros-almanaque, collages de misceláneas gráficas y literarias con "viñetas, mapas, galletitas secas, gatos disecados etc.", bromea Cortázar en una carta de agosto de 1966 en la que le pide a su amigo que le diseñe "un libro con mucho viento adentro". Acabarían publicando cuatro. |
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En una novela poco conocida, El secreto de Wilhelm Storitz, Julio Verne plantea por primera vez la idea del hombre invisible que Orson Welles haría célebre. Cortázar la leyó de niño y, fascinado, se la prestó a su mejor amigo de primaria, un chico al que le gustaba leer, pero que se la devolvió dos días después desdeñosamente: "No, esto es demasiado fantástico".
"El Cortázar adulto, el de Bestiario, nunca renunció al Verne de su infancia", explica Bruno Galindo en este episodio de La Biblioteca de Julio. En esta entrevista de Elena Poniatowska para la revista Plural, el propio Julio Cortázar, recuerda, en mayo de 1975, sobre su niñez: "Tuve deseos de ser marino. Leí a Verne como loco y lo que quería era repetir las aventuras de sus personajes, embarcarme, llegar al polo, chocar contra los glaciares… Pero ya ves, no fui marino, fui maestro".
"A mi tocayo le debo el título de este libro y a Lester Young la libertad de alterarlo sin ofender la saga planetaria de Phileas Fogg", escribe en La vuelta al día en ochenta mundos. A su texto parece dirigirse la mirada de Verne, retratado en la página contigua con una leyenda que dice: "Passepartout". El texto, aliado con la imagen, se convierte en esa llave capaz de abrir todas las puertas. |
RECOMENDACIONES BIBLIOGRÁFICAS |
Otras primeras ediciones de libros-almanaque |
Este segundo acopio de discursos aparentemente inconexos se intercala con fotografías y dibujos de Folón, Seguí, Alechinsky etc. Más de 45 artículos, ensayos, poemas, cuentos, dibujos, poesías de calle, pinturas y fotografías que ofrecen un abanico de posibilidades para una lectura sin una única explicación, tono o sentido. |
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Cada página de este libro tiene el peligro de que el lector se convierta en niño y se quede a vivir para siempre, con un Julio de cada mano, en esa vida amarilla, violeta, verde y secreta. |
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Homenaje a 17 artistas a los que Cortázar admiró, en el que conviven la poesía, el cuento y la crítica. Al leerlo, uno puede verse obligado, como Cortázar, a aceptar la libertad como único territorio habitable. |
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"De forma recurrente, tengo que volver a Cortázar" |
Dramaturgo, director y teórico, ha dedicado a Cortázar varias adaptaciones teatrales. Superando lo que él llama “fronteras de la teatralidad”, toma prestada su libertad estética para explorar la conexión entre narrativa y teatro. |
Cortázar: Instrucciones de montaje |
(I). En 2020 lanzamos este primer episodio sobre la biblioteca de Cortázar que recaba los subrayados y anotaciones del escritor, desafiando conceptos como lectura, biblioteca personal o lector. |
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(II). Un segundo episodio que explora los grandes temas de su literatura –el jazz, el surrealismo, la política– desde el humor, el juego y una capacidad para detectar lo fantástico que también reflejan los vídeos domésticos que rodó en su intimidad. |
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LA BIBLIOTECA PERSONAL DE CORTÁZAR
Se compone de los cerca de 4.000 títulos que el escritor argentino Julio Cortázar (1914-1984) tenía en su casa de la rue Martel en París, en donde falleció el 12 de febrero de 1984. Donada por su viuda, Aurora Bernárdez, a finales de 1992, se ha ido enriqueciendo con nuevas ediciones y traducciones de sus obras así como diversa bibliografía relacionada con el escritor. Desde la donación, la Fundación Juan March ha contribuido a la difusión de esta biblioteca a través de la creación de diversas colecciones digitales, documentales, podcast y ciclos de conferencias y conciertos.
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Entrada libre y gratuita. La Biblioteca / Centro de Apoyo a la Investigación está abierta solo a los investigadores e interesados en la consulta y uso de sus fondos.
Coopera con otras bibliotecas como miembro de REBIUN y de otras asociaciones especializadas (AEDOM, SEDIC, SIBMAS).
Facilita el préstamo interbibliotecario de los fondos fechados a partir de 1950, excluyendo los materiales de archivo y bibliotecas personales. |
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