Recitales para jóvenes en la Fundación Juan March
Concierto para órgano. Guía didáctica para el profesor

Notas al programa

Ung gay bergier (Thomas Criquillon) de Antonio de Cabezón

En la música del siglo XVI, la glosa no constituye una forma musical por sí misma, sino que es más bien un procedimiento que consiste en embellecer una pieza vocal con los recursos que proporciona el instrumento. Realizar figuras y pasajes ornamentales o bien una paráfrasis musical sobre la línea melódica, fue una de las prácticas más habituales durante este siglo en España, tanto en su vertiente sacra como profana. Misas, motetes y canciones -las francesas, sobre todo-, fueron las obras más glosadas en la época.

Antonio de Cabezón (1510-1566) fue un maestro de este procedimiento glosando la obra de muchos compositores de la escuela francoflamenca, como es el caso de Thomas Crecquillon o Criquillon (m.1557). De este compositor es Ung gay bergier, canción polifónica a cuatro voces que entran en estilo imitativo con la tónica en el tiple, seguida por el alto (Vº), el tenor (Iº) y el bajo (Vº).

Ejemplo partitura de Antonio de Cabezón

A partir de este comienzo, se desarrolla toda la obra que presenta una alternancia de compases característica de la chanson de la época: binario/ternario/binario. He aquí un fragmento de la sección en compás ternario en que se aprecian las cuatro voces colocadas en posición abierta:

Ejemplo partitura de Antonio de Cabezón

La obra termina con una cadencia perfecta seguida de una pedal intermedia de tónica en la voz del tenor en torno a la que evolucionan el resto de las voces:

Ejemplo partitura de Antonio de Cabezón

Preludio y fuga de Dietrich Buxtehude

La fama de D. Buxtehude (1637-1707) como intérprete y compositor de obras para
órgano ha llegado hasta nuestros días. Sus preludios y fugas constituyen su mayor
contribución a la música del siglo XVII. Estas obras presentan una mezcla de virtuosismo e improvisación con una técnica contrapuntística muy depurada, pudiendo así apreciarse en ellas una alternancia equilibrada de estos aspectos.

El Preludio y fuga que nos ocupa se ajusta a este esquema, de manera que muestra cuatro secciones explícitamente diferenciadas por cambio de compás y textura: la primera responde al carácter de preludio, así como la tercera, que aparece bajo la indicación Allegro. La segunda y cuarta son dos pequeñas fugas.

El preludio del comienzo, está escrito a tres partes distribuidas entre las dos manos y pedalero respectivamente. La melodía que repite una y otra vez éste último, hace de bajo ostinato que sostiene el discurso de las voces superiores de carácter improvisatorio y virtuosístico, presentando diferentes motivos que van variando, entre los que encontramos arpegios y otros diseños repartidos entre ambas manos. El bajo ostinato ocupa dos compases y presenta el siguiente diseño cadencial, como puede apreciarse en la partitura: I – IV – V – VI – IV – V

Ejemplo de preludio

Le sigue una fuga a cuatro voces de las cuales, la primera y tercera entran sobre la tónica, mientras que la segunda y cuarta voz responden a la dominante. He aquí el tema de esta fuga:

Ejemplo de fuga

La siguiente sección, Allegro, con diferente compás, tiene una carácter más
improvisatorio y se ocupa de acordes y diseños más afines al preludio con cromatismos y disonancias. El pedal y la mano derecha juegan con el mismo motivo.

Otro cambio de compás delimita una nueva sección presentando otra pequeña fuga a cuatro voces, de las cuales, la primera y tercera entran con la dominante y la segunda y cuarta con la tónica, justo al contrario que en la primera fuga. Al final, se intensifica el discurso a base de trinos escritos. Podemos ver el tema de esta segunda fuga a continuación:

Ejemplo de fuga a cuatro voces

Herzlich tut mich verlangen (Hans Leo Haßler) de Johannes Brahms

A este coral de Hans Leo Haßler (1564-1612) fechado en 1601 y compuesto sobre el himno 116 del Libro Luterano de culto, Brahms le da un tratamiento de coral figurado utilizando esta melodía como cantus firmus que sitúa en el pedal:

Ejemplo de partituras para pedales

También esta melodía se halla inscrita en el discurso que ejecuta la parte superior del manual, aunque no puede reconocerse por estar envuelta en la figuración que despliega armonía y ornamentación conjuntamente y que proporciona un movimiento constante como de turbulencia. La parte de bajo del manual, realiza un ritmo constante en corcheas que parece un latido que no cesa (...mi corazón está lleno de anhelo...) y que recuerda el papel del arco barroco. De esta manera, son tres las voces tejidas polifónicamente que están adjudicadas al manual. El coral apacigua dicha turbulencia a modo de oración que calma el corazón turbado del creyente.

Los versículos se van sucediendo sin interrupción, destacando el tercero del resto, por desarrollarse en diferente compás -en este caso, binario-, que enseguida vuelve al 6/4 inicial en el último verso. También cambia la figuración rompiendo el diseño rítmico que venía escuchándose (...deseo dejar las fronteras de este perverso mundo...), para recuperarlo después en el cuarto y último versículo que aparece a continuación en compás de 6/4 (... Oh, Jesús, ven cuanto antes...):

Ejemplo de versículos

Astrolabio de Tomás Marco


Astrolabio persa
Astrolabio persa

Esta obra para órgano escrita por Tomás Marco entre 1969 y 1970 e inspirada por el astrolabio, plantea una búsqueda de tímbricas espaciales, más cercana a las música de las esferas y al mundo sideral. Como si de la observación del universo partiera, un sonido parpadea para luego mantenerse, al que se añadirán por debajo otros que lucen su presencia de forma mantenida en una mezcla de sonoridades. De repente, pequeños glissandos cromáticos muy veloces aparecen en este firmamento de sonido como si fueran estrellas fugaces que cruzan unas sobre otras. Cada una de ellas brilla con luz diferente, con intensidad distinta, con timbres cambiantes. Como racimos de estrellas, se suceden los clusters jugando con diferentes densidades que se acercan y se alejan, sin un orden preciso, como en un cielo estrellado. Tras toda esta actividad astral, vuelve la calma, perdiéndose poco a poco estos sonidos como si fueran estrellas que se van extinguiendo.

La obra busca su final en consonancia con el principio, descargándose de sonidos y
dejando al desnudo uno solamente mantenido hasta el final. Todo ello se presenta con una notación musical propia del siglo XX que hace uso del trémolo y otros recursos para recrear este ambiente espacial.

El margen dinámico de toda la pieza se sitúa entre ppp y ff. En esta obra, la labor
principal recae en el registrante, que se encarga de cambiar los registros mientras el organista está tocando. Cambios que han de producirse con mucha precisión ya que se trata de una interpretación paralela a la ejecución en los manuales y pedalero, pero que debe conciliarse con ésta. En la música actual para órgano, uno de los factores más relevantes es precisamente la interpretación de la obra, ya que, por un lado, depende de la imaginación del instrumentista para diseñar una registración minuciosa a partir de las posibilidades de cada instrumento, y por otro, de una labor de ensayo en profundidad con el registrante con el fin de lograr una precisión “suiza” a la hora de cambiar de registro. Aspectos de gran relevancia en esta pieza, como la dinámica, sólo pueden reflejarse a base de una registración adecuada.


El Pichi de Francisco Alonso Registrado y arreglado
por Presentación Ríos

Schotis de la revista Las Leandras, sainete lírico con música del maestro Francisco Alonso (1887-1948) y libreto de E. González del Castillo y J. Muñoz Román. Se estrenó el 12 de noviembre de 1931, en el madrileño Teatro Pavón. La historia se desarrolla en el Madrid castizo en torno a unas artistas de revista que simulan tener un colegio de chicas, Las Leandras.

El chotis o schotis llegó a Madrid a mediados del siglo XIX. El término procede del alemán schottisch (escocés) y se relacionó con una danza social centroeuropea en la que se quiso ver origen escocés. Enseguida alcanzó gran popularidad y llegó a ser el baile más castizo, hasta convertirse en un símbolo del Madrid festivo asociado al organillo y a los chulapos y chulapas madrileños. Se baila en pareja, cara a cara. La mujer gira en torno al hombre que realiza un mínimo desplazamiento sobre su eje (no más allá de una baldosa). Se baila todavía hoy en las verbenas madrileñas en las que ellas visten mantón de Manila y los hombres chaleco y gorra.

El chotis de Las Leandras, El Pichi, está enormemente difundido y ha quedado como uno de los más representativos de la ciudad. Una breve introducción da paso a la estrofa que se presenta en forma dialogada entre los personajes: coro y solista. Se remata con un pequeño estribillo que pasa de unos a otros en fa mayor. Para terminar, se recupera el tema de la introducción que sirve para volver a la tonalidad de do mayor del principio. He aquí su famosísimo comienzo:

Ejemplo de el chotis de Las Leandras