Recitales para jóvenes en la Fundación Juan March
Breve historia de los instrumentos de tecla. Guía didáctica para el profesor

El nacimiento del público y la música de Beethoven

Durante las últimas décadas del siglo XVIII y primeras del XIX se produjeron algunos cambios importantes en el papel social que tenía la música. Las causas de estos cambios son variadas, pero en buena medida están relacionadas con el nuevo papel que pasó entonces a ocupar la burguesía, una clase social próspera y adinerada que no tenía origen aristocrático y que demandaba una posición más influyente en la vida política y económica del momento. La burguesía comenzó a imitar algunas de las prácticas de reyes y aristócratas, como, por ejemplo, actuar como mecenas encargando la composición de obras musicales, asistir a los teatros de ópera y a las salas de conciertos para escuchar a los músicos y compositores más famosos, u organizar reuniones en los salones de sus palacios, donde la interpretación musical era un ingrediente habitual. En el fondo, los nuevos hábitos de la burguesía no respondían siempre a sus gustos artísticos, sino que eran prácticas culturales que se asociaban con la buena etiqueta y la distinción social. En definitiva, la emulación de las clases dominantes y su relación con la música era un modo de ostentación y prestigio social para la nueva burguesía.

En estos años, la interpretación musical comenzó a tener lugar en unos espacios nuevos: la sala de conciertos. El salón privado de la aristocracia siguió siendo un lugar donde, durante buena parte del siglo XIX, siguió interpretándose música. Pero ahora, cada vez más, el concierto público fue implantándose como una institución que, mediante el pago de una entrada, permitía a un segmento de la población más amplio el acceso a la sala y la escucha de música en vivo. Es entonces cuando empiezan a construirse muchos edificios que estaban específicamente destinados a este fin, al mismo tiempo que los teatros de ópera, destinados exclusivamente a la interpretación de musical vocal hasta ese momento, se convierten en espacios más flexibles para la ejecución de música instrumental.

En lo que se refiere a los instrumentos de tecla, el surgimiento y expansión de este nuevo espacio público tuvo una consecuencia importante. La primera es que el sonido de los viejos claves no era ya suficientemente potente para ser escuchado en la sala de conciertos. Era necesario un instrumento —como el fortepiano— que emitiera un sonido más robusto y perceptible desde una mayor distancia. Además, el compositor también empezó a demandar mayores posibilidades en los recursos del instrumento. No sólo era necesario que permitiera componer pasajes en forte y en piano, sino también poder emplear otros matices como crescendo y decrescendo (es decir, la posibilidad de que la música vaya progresivamente pasando de un piano a un forte y viceversa. Estas nuevas posibilidades se pueden apreciar bien en la pieza de Beethoven seleccionada para el Concierto Didáctico), así como ampliar el número de teclas disponibles. Todas estas circunstancias hicieron que el fortepiano se convirtiera en el principal instrumento de tecla, apartando definitivamente al clave (que sólo en el siglo XX pasaría a ser recuperado por los compositores para sus creaciones).

Ver actividad 3

La generación de Beethoven fue, posiblemente, la primera en que el fortepiano era ya el instrumento de referencia, a diferencia de lo que había ocurrido con Haydn y Mozart (de hecho, las obras tempranas para tecla de estos últimos podían interpretarse tanto al clave como al fortepiano). La monumental colección de 32 sonatas para piano que compusiera Beethoven, además de otras muchas piezas para este instrumento (como variaciones o bagatelas), ejemplifica bien el progresivo aumento de los recursos del fortepiano durante las primeras décadas del siglo XIX. El añadido de pedales permitió, además, unas posibilidades sonoras desconocidas hasta el momento: el pedal de la derecha mantiene el sonido después de que el dedo deje de presionar la tecla, mientras que el pedal de la izquierda produce un sonido ligeramente más apagado.

Uno de los pianos propiedad de Beethoven
Ilustración 14. Uno de los pianos propiedad de Beethoven, ahora expuesto en el Museo de Viena.

BIOGRAFÍA DEL COMPOSITOR: LA LIBERACIÓN DEL CREADOR

Retrato de Beethoven por Kloebel
Ilustración 15. Retrato de Beethoven pintado por Kloebel en 1818. Para entonces, el compositor gozaba ya de una notable fama. El dibujante recrea al compositor con un aire inconformista, idealista y algo rebelde, en sintonía con el carácter con frecuencia descrito por sus contemporáneos.

Beethoven también ha pasado a la posteridad por ser uno de los primeros compositores independientes de la historia de la música. Hasta esos momentos, los compositores —como la mayoría de los artistas— vivían al amparo de un patrón al cual servían de manera estable. A cambio de unos ingresos regulares, el músico proporcionaba la música necesaria para las ceremonias de la casa del patrón y también para su ocio personal y ostentación social. Su labor creativa, de este modo, estaba condicionada a las necesidades y gustos del patrón. Sin embargo, en la transición del siglo XVIII al XIX (del Antiguo Régimen a la Modernidad) el mercado de la música cambió. Entonces comenzó a ser posible que un compositor viviera sólo de vender su obra a los editores, de recibir encargos puntuales de empresarios o de nobles, o de interpretar su música. Haydn y Mozart ya habían intentado en alguna medida vivir sin patrón, pero fue Beethoven quien desde un comienzo quiso ser independiente, de ahí la imagen que se ha forjado de él como creador rebelde e inconformista. Sin embargo, esta situación no siempre le resultó fácil, y fueron muchos los momentos de serios apuros económicos.

Ludwig van Beethoven nació en Bonn en 1770 y murió en Viena en 1827. Comenzó sus estudios en su ciudad natal, en cuya corte obtuvo en la adolescencia un puesto como organista. Sin embargo, pronto se instalaría en Viena, donde pasaría el resto de su vida. Allí tomó lecciones con Haydn y pronto encontró espacio para su talento interpretativo (al piano) y compositivo en los salones de la nobleza vienesa. A partir de 1802 la sordera, patente desde años atrás, se hizo irreversible, provocando una severa crisis personal y un cambio radical en su capacidad para socializar. La obra de Beethoven aparece tradicionalmente presentada en tres periodos estilísticos: el temprano (hasta 1802), caracterizado por la influencia de Haydn y Mozart; el intermedio (hasta 1815), cuando muestra su personalidad creativa y desarrolla los procedimientos formales heredados; y el final (hasta su muerte), con un ritmo de producción menor, pero con obras de extrema complejidad formal y técnica. Han sido sus nueve sinfonías, junto a sus sonatas para piano y sus cuartetos de cuerda, los géneros que con mayor éxito cultivó.

Actividad (3):

A continuación vais a escuchar la misma obra interpretada en dos instrumentos distintos. ¿Sabrías identificar de qué instrumentos se trata? ¿Qué diferencias percibes? ¿Se escucha del mismo modo la melodía? Anota en tu cuaderno las diferencias entre las dos versiones. [Obra: Aria de las Variaciones Goldberg de Johann Sebastian Bach. La primera grabación emplea un clave y la segunda un piano moderno].

Ver partitura

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Pista 5 (Clave)

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Pista 6 (Clave)

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