Desde la mitad del siglo XVIII los violeros europeos introdujeron modificaciones importantes en la construcción de la guitarra. En primer lugar añadieron un sexto orden que amplió el ámbito del instrumento. En segundo lugar suprimieron las cuerdas dobles, tanto al unísono como a la octava, dejando una sola cuerda en cada posición. Con ser estos dos cambios muy importantes, quizás lo fue más aún la modificación del barraje interno que refuerza la tapa armónica, colocando los refuerzos en forma de abanico. De este modo el instrumento ganó en solidez y en sonoridad. Todas estas modificaciones no se hicieron de golpe ni en toda Europa a la vez y en ellas tuvieron parte impor-tante los violeros o guitarreros españoles.
Andrés Segovia.La segunda mitad del siglo XX ha significado un cambio total en el mundo de la guitarra. Gracias al grandísimo éxito del Concierto de Aranjuez, de Joaquín Rodrigo, y a la larga actividad de intérpretes como Andrés Segovia o Narciso Yepes la guitarra se ha convertido en un instrumento habitual en las salas de conciertos de todo el mundo. En países como Japón, donde la guitarra era casi desconocida, ahora existen miles de guitarristas y las revistas especializadas alcanzan tiradas de 250.000 ejemplares. Frente a lo que era habitual en etapas anteriores, hoy prácticamente ha desaparecido la figura del tañedor-compositor y, por el contrario, la enseñanza en los conservatorios y los numerosos concursos han elevado muchísimo el nivel técnico de los intérpretes.
Andrés Segovia.El repertorio guitarrístico está en continua renovación, conviviendo en los programas con el inmenso patrimonio histórico, que, además, hoy día se interpreta en copias fidedignas de los instrumentos originales y con las técnicas de interpretación de cada época. La guitarra es, por tanto, un instrumento con una larga historia, pero muy vivo y aún tiene muchas cosas que decir a quien quiera escucharla.
Nacido en Barcelona en una familia acomodada, Fernando Sor recibió una buena educación musical en el monasterio de Montserrat. A los 19 años ya había compuesto y estrenado la ópera Telémaco en la isla de Calipso, lo que demuestra que era un músico integral. A lo largo de su vida siguió escribiendo obras corales, camerísticas y orquestales. El interés especial por la guitarra le venía desde niño por influencia de su padre, aunque en este aspecto de su formación debió de ser bastante autodidacta, porque en su tiempo la guitarra no tenía una consideración demasiado buena entre los músicos profesionales y por eso no había maestros de calidad. La larga tradición del instrumento lo relacionaba con los estamentos sociales más retrógrados en una época de fuertes cambios sociales. Sin embargo, Sor se situó ideológicamente entre los liberales que buscaban el cambio y el progreso político, lo que le convirtió en un «afrancesado» opuesto al absolutismo de Fernando VII, de modo que en 1813 tuvo que salir de España para no volver nunca más.
También en música Fernando Sor practicaba los estilos más modernos de su tiempo. La publicación de su Método completo para la guitarra (París,1830, en francés), así como sus colecciones de Estudios, fueron un intento de dotar a los guitarristas de una técnica y un lenguaje musical que les permitiera moverse con soltura en los nuevos tiempos.
El género instrumental más característico del clasicismo musical es la sonata, expresión de la música pura, aunque bajo este nombre se amparan obras muy distintas en cuanto a la forma. La Sonata para guitarra, opus 15 b, consta de un solo movimiento y toma sus modelos en las overturas o sinfonías que servían de introducción a las óperas de estilo italiano. Bajo su alegre despreocupación se percibe un desarrollo equilibrado y siempre sujeto a las normas de la armonía clásica.
Puedes ver la partitura en la edición de Stanley Yates (precedida de un minucioso análisis):
http://www.stanleyyates.com/scores/sorop15.pdf
Escucha la versión de Walter Ujaldon. Fíjate en la diferencia de sonoridad que tiene la guitarra clásica con la guitarra barroca: su sonido ha ganado graves y es, por decirlo de alguna manera, más redondo, más compacto.
http://youtu.be/RCfRIDdKOec
Nacido en Villarreal (Castellón), el aprendizaje musical y guitarrístico de Francisco Tárrega fue asistemático y autodidacta hasta que con 22 años pudo realizar estudios de solfeo, armonía y composición en el Conservatorio de Madrid. Su vida responde bastante a la imagen del artista romántico bohemio, en continuos viajes, cambios de residencia, penurias económicas, etc. Siempre obtuvo grandes éxitos en sus conciertos, pero todavía la guitarra no pasaba de ser un instrumento raro, exótico y, por tanto, marginal.
Con el movimiento romántico se despertó el interés por las culturas de Oriente, sobre todo por la árabe.
Francisco Tárrega
tocando para un grupo
de amigos en BarcelonaPero ya los primeros románticos alemanes y franceses se dieron cuenta de que no tenían que irse muy lejos para encontrar lo que buscaban, porque en España los árabes habían dejado huellas que aún perduraban. Y, sin duda, la más importante de todas ellas era la Alhambra de Granada. Tárrega también se vio arrastrado por esta corriente orientalista, porque la guitarra parecía prestarse como ningún otro instrumento a evocar sonoridades arabizantes.
Tras el alhambrismo literario llegó el musical: en 1855 el violinista Jesús de Monasterio estrenó Adiós a la Alhambra, que tuvo bastante difusión por toda Europa y a la que otros compositores dieron continuidad.
Tárrega, a raíz de una visita a Granada en 1896, compuso su famosísimo estudio de trémolo titulado en principio A la Alhambra - Invocación y posteriormente Recuerdos de la Alhambra. Pero ya antes había escrito otras obras en la misma línea.
El manuscrito más antiguo del Capricho árabe lleva la fecha de 1889 y fue la primera obra que Tárrega publicó impresa en 1902. Seguramente es una de las obras de Tárrega más interpretada por los guitarristas… aunque no la obra más conocida por el público, que actualmente es el Gran Vals o, más exactamente, los compases 13-16 del mismo, que han sido adoptados por la marca Nokia como identificativo de sus móvi-les. Se calcula que suena unas 20.000 veces cada segundo.
Partitura del Capricho árabe en edición revisada por Jean-François Delcamp: https://www.delcamp.net/pdfs/francisco_tarrega_capricho_arabe_serenata.pdf
Escucha la versión de Mattias Jacobsson y, abstrayéndote de lo que te rodea, imagina algún lugar al que la música te lleva. Luego, coméntalo con los compañeros.
http://youtu.be/qg46zm6tLhE
En el otoño de 1938, en plena Guerra Civil española, el compositor Joaquín Rodrigo y el guitarrista Regino Sainz de la Maza se reunieron en San Sebastián en una comida con un influyente aristócrata aficionado a la música. En aquel encuentro decidieron que Rodrigo compusiera un concierto para guitarra y orquesta para que lo estrenase Sainz de la Maza. Rodrigo continuó viaje hacia París, donde residía. Allí compuso poco después el famoso Adagio, segundo movimiento del Concierto de Aranjuez. Así lo cuenta el propio compositor:
Rodrigo volvió a Madrid al finalizar la Guerra Civil y aquí acabó de componer el concierto, pero tuvo algunas dificultades para estrenarlo, porque un concierto para guitarra y orquesta resultaba extremadamente raro para algunos directores y organizadores. Según confesión del propio Rodrigo, el título de Concierto de Aranjuez, posterior a la composición de la obra, es una evocación de los jardines por los que paseó junto a su mujer, Victoria, con ocasión de su viaje de bodas. Al fin, el 9 de noviembre de 1940 consiguió estrenarlo en Barcelona. La obra no tuvo demasiado éxito en un primer momento, pero poco a poco fue siendo cada vez más conocida, sobre todo gracias a las grabaciones discográficas de Narciso Yepes con la Orquesta Nacional de España. En la actualidad es la obra orquestal española más interpretada en todo el mundo.
La popularidad del Concierto de Aranjuez se debe, sobre todo, a su segundo movimiento, del que se han hecho todo tipo de versiones y arreglos. Debido a esta enorme popularidad, el editor pidió al compositor que preparase él mismo algunas versiones. Rodrigo accedió y en 1988 arregló la obra para piano, para guitarra y para voz y guitarra con el título en francés Aranjuez, ma pensée.
El efecto beneficioso del Concierto de Aranjuez sobre el entorno guitarrístico ha sido notable. Las dificultades de la obra han obligado a los guitarristas a refinar su técnica. La inclusión en el ámbito de la orquesta ha roto los límites del estrecho círculo en que se movía la guitarra, que ha ganado mucho en la consideración general. Si hasta en-tonces los principales compositores de música para guitarra habían sido los propios guitarristas, a partir de su éxito han sido muchísimos los autores que han compuesto para guitarra. En esta tarea de apertura y difusión hay que señalar también a una figura importante del mundo guitarrístico: Andrés Segovia, que llevó al instrumento por las salas de concierto de todo el mundo y encargó muchas obras. Curiosamente, sin em-bargo, Segovia nunca tocó el Concierto de Aranjuez.
Escucha el Adagio del Concierto de Aranjuez en la versión de Narciso Yepes, con la dirección de Rafael Frühbeck de Burgos. La guitarra que utiliza es un modelo de diez cuerdas que diseñó el propio Yepes: a una guitarra convencional le añadió cuatro cuerdas más para ampliar la zona grave.
http://youtu.be/8fksGkOj9tM