[del Lat. Melodía, del Gr. melŏidia, de melos] En el sentido más general, una sucesión coherente de notas. (…) La melodía se opone a la armonía en cuanto que se refiere a sonidos sucesivos y no simultáneos; se opone al ritmo en cuanto que se refiere a alturas y no a duración o acentuación. (Diccionario Harvard de Música. Madrid, Alianza, 2004)
A pesar de la oposición indicada en la definición anterior, resulta imposible separar por completo el ritmo de la melodía, ya que cada nota debe tener una duración, y la duración es parte del ritmo. Por tanto, melodía y ritmo van íntimamente ligados y este es componente inseparable de aquélla, de manera que podemos concluir de manera más concreta que una melodía es una sucesión de sonidos de distinta altura y duración, estructurados por un esquema rítmico.
La melodía se articula en torno a unidades denominadas frases, temas o periodos. Un tema es un fragmento musical breve, con sentido completo y personalidad relevante, que constituye el elemento básico de una composición o de parte de ella y sometido a posteriores repeticiones y desarrollos. A su vez, las frases están compuestas por unidades más pequeñas llamadas motivos o células melódicas, que son las unidades más pequeñas con sentido musical, que pueden servir de núcleo para la formación de un tema secundario o un desarrollo posterior.
Los elementos de la melodía relacionados con la altura de las notas son:
Cada melodía se caracteriza por un perfil concreto, es decir, la línea o dibujo que realizan las notas que la conforman. Esta línea se denomina diseño melódico. Aunque existen tantos diseños como ideas musicales, podemos agruparlos según el movimiento que realizan, por ejemplo: diseños basados en la repetición de una nota, diseños ascendentes o descendentes, diseños ondulados, diseños simétricos…
Un quinteto como el del Don Giovanni de Mozart nos es más afín que el movimiento épico del Tristán. Mozart y Bach son más modernos que el siglo XIX.
En el concierto, el apartado dedicado a la melodía irá ilustrado por el primer movimiento «Allegro» de la Sonata para violín y piano en Mi menor, KV 304 de Wolfgang Amadeus Mozart, uno de los compositores de referencia del artista suizo. Si la música en general ofrece a Klee innumerables modelos de relación formal que él visualiza en el espacio, Bach y Mozart en particular son los compositores cuyos sistemas de notación se acomodan mejor al concepto de racionalidad formal del pintor.