Lo que para la música ya estaba hecho a fines del siglo dieciocho,
sigue estando, como poco, en sus inicios en el campo de la pintura
PAUL KLEE, Diarios
En oposición a la monofonía, que consta de una sola melodía, la polifónica es una textura basada en la simultaneidad de varias melodías diferentes pero de similar importancia que se complementan entre sí. La polifonía engloba una buena parte de la música occidental, tanto culta como popular, además de caracterizar la música de ciertas épocas (Edad Media y Renacimiento), géneros (canon y fuga) y técnicas compositivas (imitación).
Las formas o procedimientos contrapuntísticos principales son el canon y la fuga:
La polifonía, con la simultaneidad de varias melodías independientes, es una de las texturas musicales que más interesaron a Klee, porque implica la idea de movimiento y direccionalidad. Klee plantea su pintura como algo que se desarrolla en la doble dimensión espacio-tiempo, por lo que la estructura polifónica resalta aún más esa idea de temporalidad.
De hecho, el pintor no cree que la simultaneidad polifónica sea únicamente un recurso musical, sino que se presenta en multitud de fenómenos de la naturaleza. La música únicamente los imita y representa con su lenguaje.
La pintura polifónica supera a la música
en cuanto que lo temporal es aquí más espacial.
El concepto de simultaneidad se presenta aquí con mayor riqueza.
PAUL KLEE, Diarios
En su obra Fuge in rot (Fuga en rojo) Klee plasma el movimiento musical a través de la gradación del color y la superposición escalonada de las formas, enfatizando el carácter polifónico en el que parece que unos elementos persiguen a otros, de izquierda a derecha.
Ésta es la obra en la que Klee realiza una translación más literal de las formas musicales al lenguaje pictórico. Para ello toma como modelo las técnicas utilizadas por Bach en sus fugas. Diferentes elementos curvilíneos (cántaros, círculos y óvalos) hacen referencia al sujeto, mientras los rectilíneos (triángulos, cuadrados y rectángulos) asumen el papel de contrasujeto. Los elementos, además, son objeto de diferentes manipulaciones (aumentación, disminución, inversión), como sucede con los temas en una fuga canónica. Concretamente, aparece la inversión en los triángulos, el desarrollo motívico en los óvalos que se transforman en círculos y la repetición de un motivo a diferentes alturas, en los cuadrados.
La utilización de colores diluidos, del violeta al pastel, y transparencias permite superponer una forma a otra, que se percibe como una sucesión de diferentes estratos simultáneos, a modo de «fuga visual».