Etimología: del italiano violino, diminutivo de viola o viella.
Es un instrumento de cuerda frotada formado por un cuerpo hueco de madera resonante unido a un mástil (o mango) y a un clavijero. Sus cuatro cuerdas se afinan por intervalos de quintas: sol3, re4, la4 y mi5.
Las cuatro cuerdas tienen la misma longitud pero distinto grosor: cuanto más gruesas, más graves suenan y cuanto más finas, más agudas. Al vibrar las cuerdas por el roce del arco, producen el sonido, que es amplificado por la caja de resonancia.
El arco está construido con madera de Pernambuco, especialmente ligera, flexible y de alta densidad. Mide unos 77 cm de largo, con una cinta de 70 cm constituida por entre 100 y 120 crines de cola de caballo. Para que las cuerdas vibren y suenen de un modo eficiente, las crines deben ser frotadas regularmente con una pastilla de resina. Con el fin de abaratar costos, en ocasiones se sustituye la madera de Pernambuco por otras variedades, así como la crin de caballo por fibras vinílicas.
En determinados pasajes o estilos, los músicos dejan a un lado el arco y tocan las cuerdas con los dedos. Esta técnica se denomina pizzicato que, en italiano, significa «pellizcado».
Las partituras para violín suelen escribirse en clave de sol. Es el instrumento más agudo de la familia de cuerda frotada clásica, que incluye el chelo, la viola y el contrabajo. Al igual que todos ellos, tiene la característica de no poseer trastes, a diferencia de la guitarra, lo que dificulta el aprendizaje, ya que no existe una referencia táctil para la afinación. En la ilustración del violín puede verse todas las partes que componen el instrumento.