La música de Arnold Schönberg (1874-1951) traza un claro paralelismo con la obra plástica de Kandinsky; ambos innovaron a través de elementos como el cromatismo libre o la disonancia no resuelta.
Schönberg desarrolló un nuevo sistema de composición serial, el dodecafonismo, en el que las doce notas de la escala cromática tienen el mismo valor y función, combinándose según unas normas que velan por esa igualdad, con el fin de evitar que algún sonido se convierta en centro tonal imponiéndose sobre el resto. Todas las melodías y los acordes se forman con las doce notas de una serie dada, respetando el orden de aparición prefijado.
En la obra Neue Harmonie (Nueva armonía), de 1936, Klee aplica técnicas compositivas análogas a las utilizadas por Schönberg en su sistema dodecafónico. Utiliza 12 tonos de color, excluyendo el gris y el negro, en una composición que guarda una simetría bilateral invertida, es decir: la mitad derecha del cuadro refleja como un espejo la imagen izquierda, pero invertida.
Por esta época, Klee realiza diversas analogías de técnicas compositivas musicales en su obra pictórica, utilizando recursos como el espejo, la retrogradación y la inversión, que son características tanto de la fuga como del serialismo dodecafónico.
La suite Cinco piezas para piano, Op. 23 data de 1923 y en ella se combinan las formas clásicas con la técnica dodecafónica creada por Schönberg. La primera pieza es un contrapunto según el modelo barroco, la tercera un nocturno y la quinta un vals. El contraste lo ponen la segunda y la cuarta, sendos scherzos de carácter explosivo. El primero de ellos, «Sehr rasch» (rápidamente), será el que escuchemos en el recital.