Análisis del texto
Este poema de Quevedo responde a una estructura métrica muy musical, la copla (8-, 8a, 8-, 8a), tanto en lo que podríamos considerar como estribillo —«Después que te conocí...»— como en el desarrollo del resto de estrofas.
Desde el inicio del poema queda clara cuál va a ser la temática del conjunto: después de encontrar tu amor, lo que el mundo considera valioso, para mí no lo es, porque tú me lo das por triplicado. Este discurso sencillo, con el amor como eje existencial del personaje poético amante, tiene su reflejo igual de simple, pero efectivo, en la estructura de cada una de las estrofas.
Todas ellas se pueden dividir en dos partes. En el estribillo los dos primeros versos enuncian el hecho y sus consecuencias, dejando para los dos últimos la ejemplificación concreta, pero metafórica, de ese efecto del amor. En el resto, también se puede observar esa misma estructura bimembre, pero esta vez con un esquema paralelístico muy acusado que responde a una estructura sintáctica adversativa: «bien puede..., que...». A pesar de que la estrofa que comienza con el verso «Ya no importunan mis ruegos...» parece romper la estructura paralelística, no es así ya que el fondo adversativo, aunque con un matiz causal, persiste y la estructura bimembre se mantiene.
Todo este andamiaje discursivo —sintáctico, semántico, métrico, retórico— tan regular y sistemático facilita sin duda su adaptación musical.
Sobre Francisco de Quevedo y Villegas se puede consultar este enlace:
http://bib.cervantesvirtual.com/bib_autor/quevedo/pcuartonivel.jsp?conten=autor
Análisis de la música
Después que te conocí (1941) es la última pieza del ciclo de Seis canciones sobre textos de clásicos castellanos —Lope y Quevedo— del catalán Eduardo Toldrá.
Después que te conocí se basa en un poema de Quevedo, convertido en ejemplo de melodía acompañada novecentista. Las armonías empleadas recuerdan a Debussy, compositor muy admirado por Toldrá, aunque con mayor simplicidad y un ligero aire español en las cadencias: al final de cada estrofa, justo antes del estribillo, hay un ornamento o melisma en la penúltima sílaba de aire español.
La música apoya el sentido del texto eligiendo el modo mayor, alegre y un tempo medio, muy apacible (Un poco mosso, indica) que alterna el ritmo binario con la aparición de tresillos, creando una sucesión rítmica binaria-ternaria.
Su estructura corresponde a los propios cuatro versos iniciales y finales de la canción, con un extenso período central, usando de nuevo el primer verso al final a modo de delicada «coda».
Nota biográfica
Eduard Toldrà i Soler (1895-1962): Este compositor catalán fue una de las figuras más importantes de la música catalana y española de mediados del siglo XX. Su estilo novecentista se encuentra influenciado por las vanguardias francesas de la época pero siempre con un aire nacionalista español y catalán, como demuestra su colección de treinta sardanas. Su género predilecto fue siempre la canción; para sus 71 canciones partió siempre de textos poéticos de gran fuerza, recurriendo en ocasiones a poetas españoles muy anteriores a su tiempo como, en este caso, Francisco de Quevedo.