Ejemplo 8:

Pregón (1929)

Texto: Rafael Alberti (1902-1999)
Música: Oscar Esplá (1998-1976)

Análisis del texto
Los primeros libros de Alberti —Marinero en tierra (1924), La amante (1926) y El alba del alhelí (1927)— se inscriben dentro de la atmósfera neopopularista que caracteriza a los primeros momentos de algunos poetas del 27. Este «Pregón», que pertenece al tercero de estos libros, exhala aire popular por todos sus versos. Para empezar, la estrofa elegida, la soleá (8a, 8b, 8a) así lo atestigua. Menos en los dos versos finales, que se relacionan métricamente con la soleá anterior, todos mantienen esta estructura métrica y musical.

Por otro lado, las repeticiones paralelísticas contribuyen a aportarle más aire popular a la composición. Hay que recordar que la poesía popular, de origen oral, se basa en esquemas fijos y repetitivos para su memorización. Estas estructuras reiterativas además contribuyen decisivamente a su musicalidad.

  • Pregón
    • ¡Vendo nubes de colores:
      las redondas, coloradas,
      para endulzar los calores!

      ¡Vendo los cirros morados
      y rosas, las alboradas,
      los crepúsculos dorados!

      ¡El amarillo crucero,
      cogido a la verde rama
      del celeste duraznero!

      ¡Vendo la nieve, la llama
      y el canto del pregonero!

                El alba del alhelí (1927)

Finalmente, el poema se inscribe en un ambiente también popular. En el mundo rural se suele mirar al cielo y a las nubes con inquietud, con expectativas, con miedo..., pero Alberti poetiza esta temática y la nutre de una belleza nueva.


Análisis de la música
El alicantino Oscar Esplá compuso sus Canciones Playeras en 1929 para soprano y orquesta, aunque muy pronto abordó su arreglo para voz y piano. Pregón es una de ellas, una especie de saeta, de melodía clara y estilo popular que contrasta con un acompañamiento pianístico de armonías algo duras y racionales y que marca con evidencia el ritmo ternario de la pieza. Así se intelectualiza la canción, aunque sin ayudar demasiado a la voz, que casi lucha frente al piano, realizando un exigente ejercicio técnico.

La estructura formal de la música correspondería a un ABAB'. La primera estrofa comienza con un ascenso de la voz hasta unas notas muy agudas, de coloratura, que representan tanto la palabra que está cantando (colores) como la altura de esas nubes de las que habla. Los finales de cada verso están decorados con ricos giros de tinte español, recordándonos ese aire popular presente tan a menudo en la canción española.

Un interludio del piano nos lleva hasta la segunda estrofa que presenta una música diferente y contrastante con la primera, más briosa en los dos primeros versos y cadenciosa en el último.

Un nuevo interludio musical nos devuelve a la reexposición de la tercera estrofa y tras ella una breve coda instrumental da pie a los dos últimos versos, enérgicos e iguales a los dos primeros de la segunda estrofa.


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