Ejemplo 10:
Cuba dentro de un piano (1945)
Texto: Rafael Alberti (1902-1999)
Música: Xavier Montsalvatge (1912-2002)
- Cuba dentro de un piano
- Cuando mi madre llevaba un sorbete de fresa por sombrero
y el humo de los barcos aún era humo de habanero,
Mulata vueltabajera6
Cádiz se adormecía entre fandangos y habaneras
y un lorito al piano quería hacer de tenor.
Dime dónde está la flor que el hombre tanto venera.
Mi tío Antonio volvía con su aire de insurrecto.
La Cabaña y el Príncipe sonaban por los patios de El Puerto.
(Ya no brilla la Perla Azul del mar de las Antillas.
Ya se apagó, se nos ha muerto).
Me encontré con la bella Trinidad.
Cuba se había perdido y ahora era verdad.
Era verdad, no era mentira.
Un cañonero huido llegó cantándolo en guajiras.
La Habana se perdió. Tuvo la culpa el dinero...
Cayó, calló el cañonero.
Pero después, pero ¡ah! después…
fue cuando al SÍ lo hicieron YES.
13 bandas y 48 estrellas (1936)
6 De Vueltabajo, provincia de Pinar del Río (Cuba).
Análisis del texto
El texto que aquí se reproduce es el resultado de contrastar las diferentes versiones consultadas —incluso una del propio autor publicada por el periódico El País el 21 de septiembre de 1992 que introduce algunas variaciones importantes como los versos en cursiva aquí recogidos—. En cualquier caso, sea cual fuere la más cercana a la versión final de Alberti, el sentido del poema queda bastante claro: Rafael Alberti rememora su infancia gaditana y familiar con Cuba al fondo, al tiempo que ataca la intervención imperialista de Estados Unidos en la isla de Cuba.
La estructura métrica del poema no guarda ninguna regularidad, puesto que tanto la rima como la distribución del número de sílabas por verso fluctúan según las necesidades expresivas del poeta.
Análisis de la música
En 2012 se ha conmemorado el centenario del nacimiento del compositor catalán Xavier Montsalvatge, uno de los exponentes más internacionalmente reconocido del panorama español de su generación. Le evolución del estilo en la obra de Montsalvatge es notable, aunque unas gotas de inspiración popular salpican toda su trayectoria. En este caso, el texto de Alberti le da la posibilidad de cambiar esa cierta inspiración catalana por un antillanismo poético, que dicho sea de paso, políticamente cuadraba mucho mejor en la época en la que fue escrita esta canción, 1945.
La estructura musical es bastante libre, al igual que la del poema, pero se pueden diferenciar varios momentos como: introducción, parte central (nudo) y conclusión (desenlace).
Veamos los recursos que emplea para apoyar al texto.
- Introducción: es una presentación del panorama, una contextualización. El piano rompe el hielo con unas notas muy graves que ascienden para después bajar en una escala cromática
(los cromatismos aparecen durante toda la partitura). Cuando entra la voz, los acordes se vuelven más claros. La voz usa en el primer verso, abundante en sílabas, un estilo casi parlato, casi hablado.
- Parte central: básicamente es una alternancia bastante libre de momentos dominados por la habanera y otros más agitados que contrastan con éste. Esta parte se inicia con la entrada del ritmo de habanera tan característico y evocador de Cuba y la voz que se torna más melosa, incluso con unas notas a boca cerrada. Hay una cadencia importante en el cuarto verso, que finaliza con la palabra «tenor», que es aprovechada para ejecutar un quiebro de aire español que realza el canto, como el de un tenor o un pájaro (el «lorito», en nuestro caso).
- Prosigue el ritmo de habanera durante 5 versos más, hasta «se nos ha muerto» y después continúa el relato hablando de la pérdida de Cuba de un modo más agitado, poniendo de manifiesto el drama de lo acontecido. Una breve vuelta a la habanera señala al culpable de la pérdida, el «dinero», palabra destacada mediante otro adorno y una dinámica más fuerte. Después aparece un recurso muy apropiado: al verso «Cayó, calló el cañonero», le sigue un silencio en la música, que calla como el cañonero.
- Conclusión: Una progresión ascendente del piano (un modelo y dos repeticiones) nos lleva a la conclusión final, cuando el «sí» se cambia por el «yes» y justamente se aprovecha para enfatizar este cambio con la voz, no cantando el «yes» sino exclamándolo y presen-tando el piano la escala cromática inicial con un ritmo más estridente y rápido. Es el nuevo espíritu de Cuba, que deja atrás sus ritmos tranquilos y sensuales. Cierra la pieza una vez más el ritmo de habanera en el piano, como un eco de la Cuba idealizada que permanece en el sentir popular español.
- Xavier Montsalvatge (1912-2002), nota biográfica y más:
Siguiente >
< Atrás
Subir