Análisis del texto
Catherine Berberian (1925-1983), conocida como Cathy Barberian, fue probablemente la más popular intérprete de música contemporánea de su tiempo. Con su voz de mezzosoprano y su faceta como compositora maridó el mundo de la música clásica y el de la música popular experimentando todas las posibilidades técnicas y expresivas de la voz.
Stripsody, de 1966, avanza en esta línea de llevar la cultura popular, en este caso el pop art, a las salas de concierto y de explorar todas las opciones que la voz ofrece. Barberian se acerca al mundo del cómic, estandarte del pop art, y recoge todas las onomatopeyas que en sus páginas se usan para representar sonidos (¡Honk!, ¡Paf!, ¡Ah!, ¡Clonc!, ¡Uf!, ¡Ay!, ¡Muuu!, ¡Snif!). A base de encadenar unas con otras, crea una composición original, divertida y que no deja indiferente. El mayor problema fue cómo transcribir esa idea en una ¿partitura? El sistema tradicional no bastaba para representar las nuevas ideas, por ello fueron muchas las grafías que aparecieron durante el siglo XX. Las partituras se volvieron así más abiertas y libres y el intérprete ganó el protagonismo por la dosis de improvisación que requería leerlas y recrearlas.
Aquí tenemos un pequeño fragmento de la partitura de Stripsody.