Artista sonoro, artista new media, performer, compositor y comisario de música experimental, electroacústica y arte sonoro. Primer presidente de EX, asociación de arte electrónico y experimental. Ha sido presidente de la Asociación de Música Electroacústica de España, co-director del Festival Internacional de Música Electroacústica Punto de Encuentro y comisario de música experimental, arte sonoro y conciertos multicanal de Circuito Electrovisiones. Ha dictado conferencias, escrito artículos e impartido cursos y talleres sobre música contemporánea, electroacústica, arte sonoro e instalación sonora. Ha participado como jurado en premios nacionales e internacionales de arte electrónico y música electroacústica.
El arte sonoro se presenta como un territorio difuso e inestable, resultado del choque y la interacción entre distintas fuerzas en conflicto, así como de la decantación de procesos de largo recorrido. Entre ellos señalaré brevemente:
El sonido ha acompañado mi proceso formativo, que partió del sonido abstraído del conservatorio —grafía y deseo de orden—, continuó con el sonido infinito e infinitamente reproducible, manipulable y controlable del laboratorio de música electroacústica —el sintetizador analógico, la música concreta y el sonido digital— y llegó al sonido y sus modos de captación y reproducción como entidades y procesos cargados simbólicamente, y por tanto susceptibles de manipulación. En mi caso, el sonido es un material más, como otro cualquiera, con sus propias tradiciones y usos.
Con la de new media artist, artista sonoro, performer, compositor.
Instalación, instalación sonora, performance, intervención.
Pure Data, Arduino, Raspberry y hardware diseñado específicamente para cada obra.
Sí.
El arte sonoro ocupa un lugar marginal en el mercado del arte. A pesar del creciente interés de instituciones y museos, como lo señala el hecho, por ejemplo, de que Susan Philipsz ganara el premio Turner en 2010, el arte sonoro sigue encontrándose apartado de los flujos del coleccionismo de arte. Su reproductibilidad e inmaterialidad, por un lado, y la rotunda materialidad del site specific, por otro, chocan con un sistema del arte definido todavía a partir del objeto.
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No obstante la diversidad formativa observada en aquellos artistas que han desarrollado un trabajo significativo en este ámbito, de cara a diseñar un itinerario formativo que relacione a un alumnado con las prácticas, las técnicas y las perspectivas que ha desarrollado el arte sonoro, la idea de una formación mixta y equilibrada, que abarque e interrelacione aspectos técnicos, tecnológicos y estéticos, parece una fórmula aconsejable.
Quisiera señalar la aportación en el contexto español de dos figuras fundamentales: Gabriel Brncic y Llorenç Barber. El primero por haber introducido las técnicas y reflexiones ligadas a la música electroacústica en España, y por haber traído su específica ampliación sonora y estética en relación con las tecnologías electrónicas. Su apertura conceptual y matérica hacia el hecho sonoro ha posibilitado que surjan perspectivas más allá de la misma tradición de la música. Llorenç Barber, por su parte, ha sido uno de los agentes dinamizadores más activos, influyentes e incluyentes del panorama español. Su aproximación como compositor al hecho sonoro, abierta a las distintas formas de la exterioridad, ha supuesto una de las más decisivas aportaciones a la independencia de lo sonoro de los rituales académicos e institucionales de este país.