Afincada en Madrid desde mediados de los años 60, Eva Lootz representa la rama más experimental del arte español de las últimas décadas. Su obra se caracteriza por la utilización de registros heterogéneos (escultura, fotografía, cine, instalaciones, intervenciones sonoras) y un marcado interés por la interacción entre materia y lenguaje.
En 1994 obtuvo el Premio Nacional de Artes Plásticas, en 2009 el Premio Tomás Francisco Prieto de la Real Casa de la Moneda, en 2010 el Premio MAV de Mujeres en las Artes Visuales y en 2013 el premio de la Fundación Arte y Mecenazgo.
Uno de los muchos territorios que se han abierto al arte contemporáneo una vez transgredidos los géneros tradicionales.
El arte sonoro no es mi campo de actuación habitual, pero hago incursiones en él puntualmente según las necesidades de cada proyecto.
Con la de artista visual.
En vídeo, instalación y «concierto».
Con voz humana y medios electrónicos en estudio de grabación.
En mi caso, nunca se ha vendido ninguna pieza que incorporara sonido.
Según mi experiencia, las instituciones están más abiertas a este tipo de arte.
No necesariamente.
La más amplia posible.
Artistas como Anton Webern o John Cage, pasando por Mauricio Kagel o Erik Satie.