Los que no han hecho concesiones ni con el público, ni con la crítica y menos con el mercado. Los que han hecho que el arte siga siendo ese deseo inabarcable que nos fascina, nos sacude y nos transforma.
Quisiera señalar la aportación en el contexto español de dos figuras fundamentales: Gabriel Brncic y Llorenç Barber. El primero por haber introducido las técnicas y reflexiones ligadas a la música electroacústica en España, y por haber traído su específica ampliación sonora y estética en relación con las tecnologías electrónicas. Su apertura conceptual y matérica hacia el hecho sonoro ha posibilitado que surjan perspectivas más allá de la misma tradición de la música. Llorenç Barber, por su parte, ha sido uno de los agentes dinamizadores más activos, influyentes e incluyentes del panorama español. Su aproximación como compositor al hecho sonoro, abierta a las distintas formas de la exterioridad, ha supuesto una de las más decisivas aportaciones a la independencia de lo sonoro de los rituales académicos e institucionales de este país.
He tenido la suerte de que mi formación como artista se produjera justo en una época de cambio fabulosa. Bajo la generosidad de John Cage (mi primer encuentro con su aprobación —«marvelous, marvelous»— fue a mis 18 años), se abrió la puerta a diferentes maneras de vivir como artista, de crear espacios fuera de las estructuras de poder, de relacionarme y crear en colaboración, de improvisar y saltar los límites. Como intérprete, tuve la inmensa suerte de trabajar con artistas/mentores como Yasunao Tone, Alvin Lucier y Joan Brossa. He podido participar en el proceso de creación de los lenguajes intermedia de nuestro tiempo, colaborando en proyectos audiovisuales con artistas como Eugènia Balcells, Carles Santos, Pere Noguera, Phill Niblock, Ursula Scherrer y Richard Garet, entre muchos otros.
John Cage, Walter Marchetti, Dieter Schnebel, Juan Hidalgo, Mauricio Kagel, Llorenç Barber, Henri Chopin, Bernard Heidsieck, François Dufrêne, Giovanni Fontana.
La música, de cualquier tipo, el cine, el sonido que nos rodea, el ruido…
En realidad, como no soy una «artista sonora», no lo sé, pero si tengo que citar a alguien, citaré por supuesto a Cage, aunque supongo que hay muchas obras que me han influido pese a que no sea consciente.
Artistas como Anton Webern o John Cage, pasando por Mauricio Kagel o Erik Satie.
John Cage, Juan-Eduardo Cirlot, Gabriel Corchero, Luis de Pablo, Marcelo Expósito, Faust, Pedro Garhel, Esplendor Geométrico, Javier Hernando, José Iges, Concha Jerez, Arturo Lanz, Francisco López, Javier Maderuelo, Simón Marchán, Andrés Noarbe, Andrei Tarkovski, Günther Uecker, Zaj y otros muchos.
La lista sería demasiado larga. Por seleccionar algo relevante, digamos que me siento muy afín (no tanto influenciado) a la object-oriented ontology [ontología orientada a objetos] de años recientes (Graham Harman, Levi Bryant, Timothy Morton…).
Juan Hidalgo, John Cage, Karlheinz Stockhausen, Pierre Schaeffer, Wendy Carlos (La naranja mecánica), Pierre Henry (Symphonie pour un homme seul), Feria del Atlántico (años setenta), Ars Sonora (Radio Nacional), Punto de Encuentro (Festival Internacional de Arte Sonoro y Música Electroacústica)…
Particularmente me han influenciado textos y obras de las vanguardias de principios del siglo XX, como el futurismo o el dadaísmo, de los que destacaría algunos manifiestos futuristas como El arte de los ruidos de Luigi Russolo y La radio futurista de F. T. Marinetti y P. Masnata o la potencia vocal de la Ursonate de Kurt Schwitters; los movimientos artísticos Fluxus y Zaj; las obras y escritos de John Cage; los contenidos radiofónicos de un programa como Ars Sonora creado por José Iges y Francisco de Felipe; y sobre todo muchos artistas que, paradójicamente, nunca se consideraron «artistas sonoros» —un término que no lo empleaban consigo mismos, aunque algunas de sus obras pudieran pertenecer a éste ámbito— como, por ejemplo, Isidoro Valcárcel Medina. También aquellos otros artistas plásticos y visuales que han utilizado elementos materiales, como dispositivos y equipos electrónicos, incluso soportes de audio, para generar una obra visual que enfatiza el sentido del oído de una forma poética (Milan Knízák, Rolf Julius, Christian Marclay, por ejemplo). Son algunos destellos de una larga lista que está en continua expansión. Un acontecimiento definitivo, en mi caso, fue la circunstancia de haber podido estudiar asignaturas con contenidos específicos de arte sonoro en una facultad de Bellas Artes.
Muchos, principalmente, Igor Stravinsky, Luciano Berio, Yoshihisa Taïra, Iannis Xenakis, John Cage, Helga de la Motte-Haber, Peter Vogel, Rolf Julius, Nam June Paik.
En mi formación es primordial la comprensión profunda de la evolución histórica de lo sonoro-musical y, particularmente, el análisis de las vanguardias musicales desde el final de la tonalidad por cuanto conducen a nuevos lenguajes y nuevas formas de entender el sonido. Junto a ello, las referencias que me han servido son diversas y están ligadas a disciplinas diversas: utilización de las tecnologías electroacústicas digitales y analógicas, estudio de los procesos intersensoriales y sus aplicaciones audiovisuales y multimediales, estudio de los procesos perceptivos en el campo urbano (psicología ambiental), uso de métodos provenientes de la ecología del paisaje, etc.
John Cage, Alvin Lucier y en general el amplio grupo de artistas intermedia de los años sesenta. Jackson Mac Low o La Monte Young. Estoy abierto a todo tipo de fuentes, ya sean estas clásicas o contemporáneas… Qué decir de The Clash: la actitud es algo que tengo muy en cuenta y que produce en mí una fuerte atracción.
J. S. Bach, Erik Satie, Arnold Schönberg, John Cage, Stephen Hawking…
Los escritos de John Cage. El trabajo junto a Maryanne Amacher en el Center for Advanced Visual Studies del MIT. Su trabajo en instalaciones sonoras en el espacio, la mezcla de ambientes naturales o urbanos y timbres electrónicos sirvieron de inspiración para mi propia formación de conceptos del espacio y de la arquitectura como la caja de resonancia mencionada y del cuerpo como sensor de vibraciones y origen de muchos efectos sinestésicos: por ejemplo, el sonido como algo líquido.
Max Neuhaus es para mí un referente al que vuelvo una y otra vez y siempre aprendo algo. Aprecio y valoro su trabajo artístico tanto como su empeño por escribir acerca de este campo de la creación sonora. Me parece sencillamente fantástico todo lo que nos dejó. Brandon LaBelle es asimismo para mí una figura de referencia, en lo teórico y en lo artístico también, me interesa mucho su trabajo en los límites de esto que estamos entendiendo como una disciplina artística. Otra figura importante para mí ha sido Hildegard Westerkamp con quien coincidí al poco de adentrarme en este campo y quien supo y quiso escuchar con atención unas ideas que estaban todavía muy poco depuradas en mi trabajo. Eso, lo aprecié mucho en su momento y sigo haciéndolo a la vista de un panorama -este de lo sonoro- en el que muchas veces el tránsito generacional no es fácil. En su caso, además, como en el de otras mujeres como Maia Urstad o Concha Jerez he encontrado brillantes y motivadoras trayectorias, además de una fuerza vital muy contagiosa.
Bill Viola, John Cage, Alvin Lucier, Gary Hill, Iannis Xenakis (Pabellon Philips), Rolf Julius, Max Neuhaus, Peter Vogel, Luis García Núñez (LUGAN), Encuentros de Pamplona (1972), José Iges, Laurie Anderson, Christina Kubisch, Tom Johnson, La Monte Young, los hermanos François y Bernard Baschet, Jean Tinguely.
¡Muchos! Sería un acto de irresponsabilidad si intentara nombrar todos; si no, una injusticia. Preferiría no hacerlo
F. T. Marinetti, Giacomo Balla, Fortunato Depero, Hugo Ball, Raoul Hausmann, Kurt Schwitters, John Cage.
Me cuesta diferenciar en mi actividad artística dónde empiezan y acaban la música y el arte sonoro, y al pensar en influencias la cuestión se complica. Intentando afinar hacia el arte sonoro pienso en Edgard Varèse, Iannis Xenakis, John Cage y también en Philip Corner, Karlheinz Essl, Alvin Lucier o Bernhard Leitner; pienso en Helga de la Motte-Haber y Max Neuhaus, pero también en Punto y línea sobre el plano de Wassily Kandinsky, o Lector in fabula de Umberto Eco; surgen también Daniel Charles, Roland Barthes, Martin Heidegger o Maurice Merleau-Ponty. El tintero se desborda…
De Ramón Gómez de la Serna y Val de Omar al movimiento Fluxus y el grupo Zaj, José Iges o Escoitar. De la Bienal Internacional de Radio de México, JIEM (Jornadas de Informática y Electrónica Musical) o Ars Sonora a Miguel Álvarez, María Andueza, José Manuel Costa…, entre otros teóricos, músicos, artistas y acontecimientos nacionales e internacionales.